Hoy, casi se me saltan las lágrimas de la emoción. Leo que la agrupación “Cristianas y cristianos de base de Madrid” han enviado una carta al Presidente del Gobierno, pidiéndole que denuncie los acuerdos entre la Santa Sede y el Estado español.
“Estos Acuerdos consagran para la Iglesia Católica numerosos privilegios, lesionan seriamente los derechos de muchos españoles que tienen otras creencias u otras convicciones filosóficas”.
Así pues hay muchos cristianos que se sienten avergonzados por los privilegios que tiene esta multinacional en España. Ósea como yo que no lo soy.
Yo que siempre me he declarado públicamente ateo pero comprensivo y tolerante con los creyentes de cualquier religión, debo reconocer que lo de la Iglesia Católica lo llevo muy mal. El hecho de que me obliguen a pagar con mis impuestos el mantenimiento de esa institución, en un país declarado aconfesional, es algo que me irrita profundamente. La religión como el golf que lo pague el que lo practique.
Si siendo un estado laico financiamos a la iglesia, quizás deberíamos también pagarles, un viaje a La Meca a los musulmanes, estos también, si pagan impuestos, están financiando a la Iglesia Católica.
El caso es que según mis investigaciones el estado financia a la iglesia por diversas vías con cerca de 6.000 millones de euros al año. Esta cifra incluye algo tan insólito como mantenimiento del patrimonio. Patrimonio de la Iglesia, no del Estado Español. Estas cifras son estimadas, porque aunque a algunos le cueste creerlo esta relación iglesia estado es tan opaca que solo la conocen ellos y dios y ninguno de los tres suelta prenda.
Esto ya me parecía un abuso en la época del dictador y de Aznar, con González y Zapatero me pareció un insulto y ahora con Mariano y sus recortes me vuelve a parecer un abuso, con el agravante de una falta de sensibilidad y justicia social sangrante.
Es bien cierto que queriéndolo o no, España siempre ha sido muy vaticana, tuvimos unos Reyes muy Católicos, tanto, que crearon y mantuvieron La Inquisición Española por más de tres siglos y que el empeño de un dictador en que nos convirtiéramos en la reserva espiritual de Occidente, sirvió para que el Vaticano lo bautizara como una Santa Cruzada para "salvar la civilización cristiana de la tiranía de los sin Dios”. O sea de mi tiranía, no de la del dictador.
Seguro que algún miembro del gobierno, o todos, dirían que los acuerdos hay que cumplirlos y que si no lo hacemos perderemos credibilidad. Aunque poco les importó el acuerdo que teníamos los españoles con el PP y su famoso programa.
¿Pero cual es el problema de romper dicho acuerdo unilateralmente?, ¿Qué terribles medidas tomará el Vaticano ante este desplante? ¿No nos darán crédito, no nos compraran nada?, pues no, esto no parece que sea aplicable porque solo les exportamos curas y estos no se paga, quizás nos excomulguen a todos, ¿incluidos los del opus?, no creo. ¿Se enfadaran y se irán? Ni con aceite hirviendo. Entonces ¿que va a hacer Rouco Varela además de decir alguna estupidez como que Cáritas se resentirá? Con lo que nos ahorraríamos podríamos montar un plan Marshall para Cáritas.
Esta vez la reclamación no parte de los sin dios, entonces ¿Escuchará el gobierno y la iglesia a los de su misma confesión o dadas sus diferencias políticas, les negara la comunión?
Sabemos que esta vida es temporal y para muchos lo que importa es el alma que vivirá eternamente, pero esto de ayudarnos a que disfrutemos de esta segunda lo antas posible, dejando de pagar a las farmacias y hospitales y pagando para que el alma viva bien, a algunos no nos convence.
Ya está bien de pagar visitas papales.
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