sábado, 14 de julio de 2012

Carta a mi nieto


Milo, lamento que hayamos sido incapaces de dejarte un mundo mejor, más justo, más limpio, más seguro, más solidario, más verde y un cielo más azul. Soy consciente de que no te lo mereces. Pero no te preocupes porque no echarás de menos lo que no conoces. Tus bisabuelos nunca echaron de menos internet o el teléfono móvil y yo no echaré de menos lo que para ti será vital y que yo no puedo ni imaginar en este momento. Pero yo, que sí he conocido un mundo algo mejor, siento un profundo descontento y una sensación de fracaso generacional.
Yo viví una gran parte de mi vida sin conocer los cajeros automáticos y de no haber existido, nunca los habría echado de menos, tu  sin embargo de muy niña ya sabías que si no tenias dinero, la pared te lo daba.
Hubo un tiempo en el que la gente se comunicaba en persona y no existían los amigos de la red, a los que no conoces por que nunca los has visto. La gente, en verano sacaba las sillas a la calle, hablaba con los vecinos y les veía la cara en persona, no por el Skype.
Hubo un tiempo en el que cuando ibas por la carretera y veías un coche parado, tú te detenías sin necesidad de que te lo pidieran y preguntabas si esa persona necesitaba algo.
Hubo un tiempo en el que eran los pobres (algunos) los que robaban a los ricos por necesidad pero ahora son los ricos quien, por avaricia, roban a los pobres.
También hubo un tiempo en el que había peces en el Mediterráneo aunque te parezca mentira. Hasta hubo en España playas desiertas, sin edificios, sin quioscos, donde se podía pasear al perro porque entonces no se abandonaban en verano para poder ir de vacaciones.
Y es que analizándolo fríamente me doy cuenta de los valores que hemos ido perdiendo, que por otro lado eran gratuitos y que espero que tú y la gente de tu generación seáis capaces de recuperar. Como te digo es gratis y solo requiere voluntad. Ojalá pudiera ayudaros.
En términos generales merece la pena vivir, pero mucho mejor si es con dignidad, respeto a los demás, honestidad y justicia. ¡Ah! Y que no se os olvide volver a abolir la esclavitud que nosotros instauramos de nuevo. Esto es importante.
Como te digo, no lo hemos hecho nada bien. Lo siento y os deseo mucho éxito en esta cruzada.
Un beso.

1 comentario:

  1. Nada como un bebé recién nacido, para despertar la sensibilidad y la ternura del ser humano

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